¡Hablar con tu pequeño es más importante de lo que crees!
Cuando le hablas, le estás ayudando a entender el mundo y a aprender a hablar o si está en la mediana infancia, le estás ayudando además a fortalecer su habla y su lenguaje.
Estás ofreciendo estimulación auditiva al simplemente hablar y jugar con sonidos.
¡Hagamos que tu pequeño sea un gran hablante desde el principio!
El habla del entorno ejerce una poderosa influencia en el niño, generalmente es el habla de la madre la que la realiza, y también son de vital importancia los demás adultos de referencia.
Como adulto que forma parte del desarrollo de un niño estás ofreciendo estimulación auditiva cuando hablas con tu pequeño, cuando juegas con sonidos; cuando como cuidador o maestro que tienes a tu cuidado un pequeño en desarrollo realizas juegos o momentos de escucha.
Tienes la extraordinaria oportunidad de convertirte en su primer estimulador musical cuando le ofreces oportunidades de escucha.
Antes de hablar se tiene que escuchar:
Escucha prenatal. Se empieza a desarrollar en el útero, a partir del 6o. mes de embarazo el oido del feto puede percibir y familiarizarse con la voz de su madre y con las voces del entorno en el que ella se desenvuelve. Entre más la mamá le haya hablado y cantado a su bebé durante la gestación, su oído estará más perceptivo.
Durante el primer año de vida: al bebé se le habla y es natural que se haga de una manera amorosa, está recibiendo estimulación auditiva a través del habla de su madre y de los adultos que forman parte de su entorno.
Empieza la comunicación mediante nuestra habla y el lenguaje no verbal del bebé ya que través de sus gestos nos percatamos que nos entiende y que la comunicación se está efectuando. En esta etapa no hay comprensión del significado conceptual pero sí el de nuestro lenguaje no verbal interpretado a través de la prosodia (cómo pronunciamos y acentuamos las palabras).
Hasta los 6 meses los niños balbucean, y realizan lo que se denomina balbuceo universal, dado que incluye todos los sonidos del habla de todas las lenguas. Es a partir de este período y acentuándose gradualmente, el que comienzan a imitar los fonemas propios de su lengua materna.
Aproximadamente a los 9 meses comienzan a aparecer las primeras sílabas como mamama, papapa, tatatata, etc. conformándose como la antesala a la palabra con significado. Empezamos a observar que los niños señalan los objetos seguramente con la intención de que el adulto diga el nombre de éstos. Para que un niño nombre algo por sí mismo, este tipo de situaciones deberán ser repetidas al menos durante tres meses.
Gestación y primer año de vida son una preparación para las primeras palabras.
Es necesaria la retroalimentación auditiva para poder hablar, eso significa que se requieren meses de escucha, la cual deberá cumplir con algunos requisitos para que sea lo más eficas posible.
Presentar estímulos ricos y oportunos serán favorecedores para el buen desarrollo del habla, es así que durante el primer año se da la gran oportunidad de ofrecer estimulación auditiva enfocada y pertinente para que éste se dé de la mejor manera. Se requiere de un entorno hablante para que los niños adquieran el lenguaje mediante la imitación.
Ofrecer oportunidades de escucha es permitir oportunidades de imitación y para que ésta funcione de la mejor manera es de vital importancia que en el entorno hablante se presenten los siguientes requisitos:
Que exista entre el adulto y el bebé un vínculo afectivo.
Conexión visual entre el adulto y el bebé.
Cercanía física (unos 30 centímetros). Cuando hablamos llega la información, también llega el mensaje emocional; no sólo hay un nivel cognitivo del texto, el nivel emocional – lo que transmito-, y debemos saber que hay también un tercer nivel que corresponde a la onda vibracional de nuestra voz que contiene mucha información en cada sonido, por ello la importancia de la cercanía física.
Lenguaje expresivo y apoyado con gestos y tacto.
Coherencia entre la prosodia (lenguaje no verbal) y el contenido conceptual.
Asimismo son de mucha importancia nuestras actitudes:
Utilizar un lenguaje directo y fácil de entender es preferible para los niños. Por ejemplo, es más efectivo decir "semáforo" en lugar de usar términos más complicados.
Es recomendable hablar en frases cortas que sigan las reglas gramaticales.
Es importante articular claramente las palabras para una pronunciación precisa.
Hablar más despacio y repetir frases y palabras puede ayudar a los niños a procesar la información más fácilmente.
En lugar de enseñar de manera tradicional, es mejor transmitirles la alegría y la importancia de comunicarse.
Para que se produzca una estimulación óptima del lenguaje y del habla es necesario que ésta se ofrezca por diferentes canales:
lenguaje coloquial
oportunidades de escucha y discriminación de sonidos diversos
canciones, rimas y cuentos
Todo integrado de manera natural en la rutina diaria de los niños, de ahí lo importante que resulta:
prestar atención a la forma en cómo hablamos a los niños (incluidas las actitudes)
cantarles y que ellos también canten (obviamente de acuerdo a su nivel de desarrollo)
contarles cuentos diariamente
Que escuchen y reciten versos, rimas rítmicas y sonoras.
Si quieres estimular el habla de tu pequeño es necesario estimular su escucha.
«La voz solo puede reproducir lo que el oído puede oír, pero la capacidad de discriminación del oído mejora usando la voz. La vocalización ayuda a la
escucha, la memoria y la articulación».
Alfred Tomatis (Otorrinolaringólogo y psicólogo)
Si deseas más publicaciones o información para saber cómo poder estimular el habla en tus hijos, escríbeme, estaré encantada de apoyarte y ofrecerte recursos para ello.
Próximamente publicaré mi eBook en el que podrás encontrar recursos para estimular el habla en tus hijos.
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